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La comunicación parlamentaria: ¿servicio público?, y cómo lograr la transmisión en tiempo real y el mayor nivel de inclusión social de las actividades legislativas.
nov. 25, 2022

La comunicación parlamentaria: ¿servicio público?, y cómo lograr la transmisión en tiempo real y el mayor nivel de inclusión social de las actividades legislativas.

Introducción



La orientación del escrito que a continuación expongo recoge la experiencia vivida al haber dirigido el Canal del Congreso mexicano durante casi ocho años, al trabajo realizado como secretaria técnica y Asesora de la Comisión de Radio, Cine y Televisión en el Senado de la República, y a la muy valiosa oportunidad que tuve de compartir, conocer e intercambiar con otros colegas directivos de medios parlamentarios en el orbe los alcances y retos que estos medios suponen. Por lo anterior, quise imprimir en esta exposición un tono de experiencia vivida y de transmisión del conocimiento obtenido a lo largo de los 15 años que laboré para el congreso mexicano y la interacción que pude desarrollar en múltiples espacios con la vocación de la comunicación legislativa.

El Poder Legislativo Federal en México al instituir el Canal del Congreso en su Ley Orgánica, expedida el 31 de agosto de 1999, y en su ordenamiento secundario el Reglamento del Canal de Televisión del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, reformado el8 de marzo de 2017, reconoce el derecho fundamental de los ciudadanos a recibir información, es decir el derecho a la información, norma de derecho fundamental que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 6º señala "el derecho a la información será garantizado por el Estado", adición publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de septiembre de 1977.

Aunado a lo anterior, el 11 de junio de 2013 se reforma y adicionan varios artículos a la Carta Magna, en materia de telecomunicaciones se establece, en su Artículo 6o fracción III, de manera expresa que:

III. La radiodifusión es un servicio público de interés general, por lo que el Estado garantizará que sea prestado en condiciones de competencia y calidad y brinde los beneficios de la cultura a toda la población, preservando la pluralidad y la veracidad de la información, así como el fomento de los valores de la identidad nacional, contribuyendo a los fines establecidos en el artículo 3o. de esta Constitución.

En el caso mexicano se eleva así a rango constitucional el carácter de servicio público de la radiodifusión, por lo que es vinculante para el canal parlamentario mexicano el brindar un servicio público a las audiencias.

Desde el punto de vista político, que los ciudadanos estén informados de un modo amplio sobre los asuntos de interés público, es presupuesto necesario de los mecanismos de responsabilidad política de los representantes populares.

El Canal del Congreso mexicano así está regulado por normas, reglamentos, manuales y políticas de comunicación, y una estructura organizativa que define un modelo de televisión de servicio público y que debe, en todo momento, ponderar el interés general.

Aunado a lo anterior, el congreso mexicano aprobó una Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que en su artículo 86 clarifica y asienta a través de una ley de aplicación general, los principios que bajo los cuales se deben regir los medios públicos en México, incluido el Canal del Congreso mexicano:

Precisar los mecanismos para asegurar la independencia editorial; autonomía de gestión financiera; garantías de participación ciudadana; reglas claras para la transparencia y rendición de cuentas; defensa de sus contenidos; opciones de financiamiento; pleno acceso a tecnologías y reglas para la expresión de diversidades ideológicas, étnicas y culturales.

1. Producción de las sesiones parlamentarias y su lenguaje audiovisual



Los canales parlamentarios responden al derecho y a la necesidad de las audiencias de tener acceso a la información generada en los procesos deliberativos que se desarrollan en las cámaras legislativas, por lo que es imprescindible la elaboración de normas, manuales de operación, lineamientos y códigos de ética que guíen la conducta de todos los equipos de trabajo involucrados en la producción de contenidos, cualquiera que sea su naturaleza, ya sean informativos, periodísticos, culturales, documentales, etcétera, así como también que rijan todas las transmisiones.

Relato que en la inmensa mayoría de los canales legislativos que tuve la oportunidad de visitar o, en su caso, con los que emprendimos relaciones de colaboración, no contaban con ningún instrumento normativo, como siempre lo afirmé y lo afirmo, es deseable, imprescindible diría yo, el que todos los involucrados partan de la misma base operativa y ética para la toma de decisiones, sean parte del cuerpo directivo o no, todas y todos toman decisiones en el flujo de la producción.

En ese sentido, la creación de mecanismos de autorregulación, suponen un compromiso interno para conducir sus producciones y transmisiones e informar bajo los principios de objetividad, veracidad, pluralidad, equidad, suficiencia y oportunidad, integrando conductores especializados, utilizando recursos audiovisuales que favorezcan el entendimiento de los temas y la dinámica de los debates, así como mecanismos de inclusión como intérpretes de lengua de señas en el desarrollo de las sesiones.

El canal parlamentario mexicano tiene varias particularidades en comparación con otros canales de esta naturaleza especializada, cubre ambas cámaras legislativas, la Cámara de Diputados y el Senado de la República, usualmente en América Latina e incluso en otros continentes suele haber un canal de televisión dedicado a cada una de las colegisladoras.

Este hecho, en términos de producción, implicó un diseño del flujo de producción y organización de los equipos de trabajo muy complejo, ya que no existían en su origen, ni existen a la fecha, grupos o células de producción dedicadas a producir sólo las sesiones o eventos de cada una de las cámaras legislativas.

Prevalecen dos criterios fundamentales, la disposición de equipos de producción para aquellas solicitudes de cobertura que llegan por parte de las comisiones legislativas, pero también la posibilidad de que por criterio editorial se decida realizar la cobertura de ciertas sesiones de comisiones que resulten relevantes para el interés público. Cabe destacar que, en múltiples ocasiones, podía existir oposición de algún grupo parlamentario para que el Canal del Congreso entrara a transmitir en vivo o de manera diferida una sesión de comisión. En estos casos, el canal realiza una solicitud a la presidencia de una comisión determinada y los grupos parlamentarios debaten la apertura o el impedimento para que una sesión sea transmitida de manera pública. Es decir, aunque hubiera la falta de disposición de una fracción parlamentaria prevalece el sentido de apertura y del derecho de acceso a la información de las audiencias.

Respecto de las sesiones plenarias siempre son públicas, la única diferencia ahí es que al ser un canal que transmite las sesiones de ambas cámaras, y éstas sesionan de manera simultánea, los días martes y jueves, en una primera etapa del canal, la Comisión Bicamaral, órgano rector del Canal del Congreso, decidió que las sesiones de la Cámara de Diputados se transmitiera los martes en vivo y las sesiones plenarias del Senado de la República se emitieran en vivo los días jueves, aunado a lo anterior, las sesiones plenarias que se realizaban los martes o jueves se transmiten de manera diferida, el mismo día. Lo anterior se decidió para lograr un equilibrio entre los tiempos otorgados para transmisiones en vivo a cada una de las cámaras. Con el tiempo, lo anterior pudo ser superado, veamos cómo.

La demanda de los diputados y senadores porque sus sesiones plenarias pudieran ser transmitidas en directo fue superándose por aproximaciones sucesivas, teniendo como aliado las plataformas digitales, y la televisión digital terrestre.

Durante poco más de dos años se diseñó un portal de internet que pudiera ofrecer ocho señales simultáneas vía streaming. Éstas señales llevaban a los usuarios las sesiones plenarias, las sesiones de las comisiones ordinarias y las comisiones especiales, y eventos diversos. A partir de ello, y gracias a la tecnología digital, se pudieron desagregar las participaciones de los legisladores en lo particular. La enorme ventaja que lo anterior brindó fue que un mayor número de parlamentarios podía tener contacto con sus representados. Como sucede en la mayoría de los parlamentos del mundo, un reducido número de legisladores pueden participar en las sesiones plenarias, el número se amplía si se trata de aquellos que pueden debatir o exponer sus ideas en las sesiones de comisiones. Por otra parte, al estar digitalizadas dichas sesiones y gracias a las herramientas digitales, es posible que los diputados y senadores obtengan sus participaciones en lo particular. Incluso podría afirmar que esta última posibilidad hizo posible obtener la autorización de los recursos financieros y de equipo necesario para cristalizar el proyecto de contar con una plataforma de internet para el Canal del Congreso.

Aunado a lo anterior, la multiprogramación existente gracias a la implementación de la televisión digital terrestre, permitió que el Canal del Congreso siguiera transmitiendo bajo la regla inicial de una carta programática compartida por ambas cámaras, a través de su canal principal, el canal 45.1 de señal abierta, y crear un canal 45.2 dedicado a la Cámara de Senadores y el 45.2 a la Cámara de Diputados, aunque cabe señalar que la multiprogramación para su señal principal sólo se emite en la Ciudad de México, ya que actualmente, el Canal del Congreso tiene solo una señal de televisión abierta en la Ciudad de México, las 12 señales de televisión abierta con las que opera lo hace a través de señales multiprogramadas que opera en convenio con el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, sin embargo, su salida es nacional, a través de la televisión restringida, gracias a una particular regulación existente en México.

El Reglamento del Servicio de Televisión y Audio Restringidos de 2002, que regula a los denominados sistemas de cable o aquellos que prestan servicios de televisión vía satélite o aquellos directos al hogar, por sus siglas en inglés DTH, estableció la obligatoriedad para que por disposición del Ejecutivo Federal y sin mediar contraprestación alguna, se transmitan los canales que éste último disponga. La norma establecida permite que de manera gratuita el Canal del Congreso mexicano se transmita por todos los sistemas de televisión restringida y éstos deben hacerlo dentro de su programación básica. Diferente a la situación que prevalece en algunos otros países en los que el Congreso eroga recursos para que sus producciones o su señal generada se transmita por los sistemas antes citados. La norma señala:

Capítulo Tercero. De la Operación. Artículo 22. Los concesionarios deberán reservar gratuitamente para la distribución de las señales de televisión que indique el Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría:

  1. Un canal, cuando el servicio consista de 31 a 37 canales;
  2. Dos canales, cuando el servicio consista de 38 a 45 canales, y
  3. Tres canales, cuando el servicio consista de 46 a 64 canales (…)



El concesionario cubrirá por su cuenta el costo de los equipos e instalaciones necesarios para la recepción y distribución en la red de las señales que le sean indicadas. La calidad de transmisión de estas señales será, por lo menos, igual a las del resto de la red.

Respecto de la producción específica de las sesiones plenarias un rasgo particular e innovador que se logró diseñar ante la necesidad de ofrecer a las audiencias la transmisión simultánea de las sesiones plenarias fue a partir de la división de la pantalla y la inserción de información de contexto mediante un cintillo en scroll. Explicaba en párrafos anteriores que al ser un canal parlamentario que cubre de manera integral a las cámaras legislativas, se dedicaba un día a la transmisión en vivo de una cámara siendo diferida la otra sesión legislativa, pero había que permear a través de las imágenes el concepto de la operación de un Congreso General cuyas cámaras legislan y sesionan de manera simultánea, así, se implementó que cada 30 minutos la pantalla se dividiera y mostrara cómo estaba sesionando la otra cámara legislativa, si bien se hacía prevalecer el audio en primer plano de la cámara que transmitía en vivo, se insertaban en una doble pantalla las secuencias en vivo de la sesión de la otra cámara.

Lo anterior resultó de suma utilidad para ponderar el interés general, ya que, en múltiples ocasiones, la sesión de la cámara legislativa elegida para su transmisión en directo debía tener su tránsito a ser diferida, dada la relevancia del debate intenso que se estaba llevando a cabo en la otra cámara. La regulación interna del Canal permitía al Titular del Canal proponer cambiar la transmisión a la otra cámara, debiendo acordarlo de manera expedita con el presidente de la Comisión Bicamaral, su órgano rector.

Por otra parte, esta inserción de una doble pantalla de información a través de cintillos tenía como objetivo mostrar a las audiencias la diversidad de actividades que se desarrollaban en el Congreso General, desarrollando así una tarea didáctica sobre la vida legislativa.

2. La relevancia de la transmisión íntegra de las sesiones parlamentarias, de manera simultánea, a través de las señales abiertas de televisión, streamings y nuevas plataformas digitales.



La comunicación política a través de un medio de comunicación con vocación pública exige el sustento de un marco normativo que le brinde independencia editorial, autonomía de gestión financiera, financiamiento y pleno acceso a tecnologías, para garantizar la cobertura y difusión del mayor número de sesiones y reuniones en tiempo real, sin cortes ni ediciones, a través de múltiples canales abiertos, incluyendo el uso de nuevas plataformas de información para distribuir los contenidos a través de nuevos dispositivos de comunicación.

Y qué hacer frente a los tiempos legislativos y los tiempos de un canal de televisión o incluso de una transmisión en director vía streaming.

Partamos del hecho de que las audiencias tienen como derecho el respeto a las cartas programáticas o, en su caso, a que una transmisión sea iniciada el día y la hora en que fue anunciada.

Un factor en común que pude observar en varios canales parlamentarios es el hecho de que si bien las sesiones, sean del pleno cameral o de las comisiones, están anunciadas a una hora determinada lo anterior no sucede así. Más bien, por el contrario, suelen iniciar minutos o incluso horas después de la hora en que una sesión fue anunciada. En el caso mexicano, al ser recurrente el inicio tardío de las sesiones, se diseñó un esquema previo de conducción, consistente en tres apartados. Un primer bloque de carácter histórico – sobre la construcción de las cámaras, documento que obran en las bibliotecas de las cámaras, pasajes históricos; un segundo bloque sobre alfabetización en materia legislativa – en general sobre términos o momentos del procesos legislativo; y, una vez que ya se preveía el comienza de la sesión anunciada, el orden del día – mismo que suele ser proporcionado por la Secretaría Legislativa minutos antes de iniciar la sesión, ya que los cabildeos de ultimo momento pueden alterar dicha orden del día-, se destacaban los asuntos, acuerdos o iniciativas de ley que resultaban del mayor interés general, a manera de una introducción general a la transmisión en vivo de la sesión.

Todo lo anterior, correspondía al proceso, desde el punto de vista de la producción, de la planeación para una transmisión en vivo, cuyo inicio o arranque era impredecible, se trataba de “ajustar el tiempo” pero sobre todo de ofrecer una tarea didáctica para los televidentes y usuarios de la web, en un tiempo que podría perderse transmitiendo promocionales y cápsulas sin un hilo conductor. En esta lógica se utilizaban ese tipo de piezas de producción, pero en el contexto de una lógica de un programa previo cuya duración podía ser solo 10 minutos o una hora, en realidad nunca se sabía, se requería de una escaleta que podía completarse o reducirse, según fuera el caso.

Dicho lo anterior, los canales parlamentarios no deben apartarse de la naturaleza del medio a través del cual transmiten, de lo contrario, puede resultar un incentivo para que los televidentes se aparten de este tipo de señales, por lo que como cualquier otro canal de televisión, debe prever a las audiencias, a través de cintillo o mensajes visuales, que el horario se alteró, que se canceló una sesión o por el contrario, que sí se va a realizar una sesión aunque por el tiempo transcurrido sin iniciar pareciera que ha sido suspendida, se trata de desplegar una tarea informativa puntual y acompañamiento a quienes siguen estas señales.

Otro punto relevante sobre la producción de las sesiones lo representa el inicio de estas.Bajo mi punto de vista hay dos momentos para este inicio, el de carácter legislativo y el del carácter técnico/televisivo/audiovisual. El de carácter legislativo es muy claro, las sesiones inician cuando así lo determina la o el legislador que preside la sesión, ya sea de un pleno camaral o de una sesión de comisión, o un evento. En los casos en los que sólo importara esperar a que algunos de las situaciones antes citadas se dieran, seguramente, éstas podrían iniciar cortadas, para ello, en el caso mexicano, se implementó la participación necesaria de un conductor o conductora a cuadro, principalmente para aquellas transmisiones en vivo, las emisiones no comenzaban directo al contenido del desarrollo de una sesión, siempre se daba un contexto previo o ajuste y el conductor debía dar pie inmediatamente cuando se diera cuenta o el productor le indicara que debía iniciar a la sesión iniciada.

Durante la pandemia provocada por el virus del COVID, y tras largos recesos de las cámaras, se comenzaron a organizar las transmisiones en línea con la participación de las y los legisladores, a través deplataformas especializadas en videoconferencias, y que se convirtieron, apenas sin haberlo reflexionado antes, en una alternativa real a muchas situaciones inesperadas, entre ellas la de su uso para videollamadas simultáneas, con cuentas sin límite de tiempo para sesionar, convertidas ahora en herramientas altamente valiosas desde el punto de vista social.

Ninguna ley, reglamento o manual interno, preveía, en el caso mexicano, y suponemos que ningún otro tampoco, la posibilidad de la toma de asistencia y votación de manera virtual, sin que un solo legislador estuviera presente físicamente en un recinto cameral. En este caso, para que puedan ser transmitidas las sesiones de manera íntegra, debe haber una coordinación con el área legislativa de que todo está listo. Así con matices para este último caso, la televisión y las plataformas digitales establecen condicionantes a la operación o transcurso cotidiano de las cámaras, en la búsqueda de que el contenido íntegro pueda llegar a las audiencias o usuarios del internet, salidas centrales de los canales parlamentarios.

Y así como para el caso de las sesiones de comisiones o los plenarios, se realizaba una actividad constante de contacto con los secretarios técnicos y funcionarios para concientizar sobre la necesidad de no organizar sesiones con desayuno, y la concientización hacia las y los legisladores de tomar consciencia de que estaban en una especie de caja de cristal, donde bostezos, mensajes privados en sus celulares, y cualquier actividad podía ser de pronto percibida por los televidentes, así también las videoconferencias o video sesiones introdujeron la misma necesidad de tener frente a sí legisladores atentos a su tarea, con pantallas encendidas, ya que lo contrario establece una barrera con quienes siguen estas transmisiones por el internet.

Otro aspecto relevante es aquello relativo a la edición. La regulación vinculante y la autorregulación contemplaron en su texto la posibilidad de editar sólo en aquellos casos cuya finalidad fuera informativa, cultural o documental. Las Políticas de Comunicación del Canal del Congreso contemplan la necesidad de que, aunque las sesiones camerales deben ser transmitidas en vivo, se fomente la producción de contenidos diferenciados apara ampliar el entendimiento de lo que acontece en el congreso, para lo cual sería necesario llevar a cabo procesos de edición y postproducción.

Por otra parte, y para finalizar este punto, se debe estar consciente del avance vertiginoso de la tecnología digital, en que los equipos inteligentes, las nuevas redes sociales, las existentes y las emergentes, todas ellas forman parte importante para construir una carretera diversificada de salida de los contenidos que se produzcan, incluyendo la transmisión en directo de las sesiones, desde hace ya una década, la tecnología digital avanzó con la consigna de que los usuarios finales deben tener la opción u oportunidad de acceder a los contenidos, donde los deseen, en el momento en que lo deseen y con la tecnología que tengan a su alcance, sea a través de un teléfono inteligente, los portales de internet, transmisiones a través de las redes sociales con todas las implicaciones que ello conlleva, ya que las nuevas plataformas digitales e incluso las existentes, requieren de, llamémoslo así, una traducción o adaptación a formatos y duraciones diferentes a las que inicialmente tuvieron, o demandan producir contenidos producidos exprofeso para esas herramientas digitales, lo cual implica contar con más recursos humanos o multiplicar los esfuerzos y las habilidades de los equipos humanos que ya están incorporados en las áreas de información, producción, programación y aquellos dedicados a las plataformas y redes.

Y para seguir ampliando el alcance y difusión de las actividades legislativas, la cultura legislativa y cívica, y en general para ensanchar la divulgación de este medio público, el pasado 21 de junio de 2022 se inauguraron las nuevas instalaciones de Radio Congreso, las transmisiones se realizan por internet de lunes a domingo de 8 a 20 horas, si bien comparte en simultáneo transmisiones realizadas por el canal parlamentario mexicano, existe una complementación en su contenido y la producción de espacios específicos para Radio Congreso.

3. Tipos de contenidos de producción propia que deben generar los parlamentarios.



Si bien los canales parlamentarios tienen como prioridad la transmisión oportuna de las sesiones, foros y demás actividades resultantes de la actividad legislativa y parlamentaria, también deben contribuir al fortalecimiento de la cultura democrática integrando en su programación producciones de debate, reflexión y análisis, producciones que fomentan el civismo y la difusión de los valores humanos y sociales, y el desarrollo de mecanismos abiertos de participación de las audiencias para conocer las ideas y propuestas emanadas de la sociedad.

Lo anterior debe estar presente a la hora de la toma de decisiones, muchas son las presiones que se pueden recibir por parte de los propios legisladores o de instancias internas o externas para producir determinado tipo de contenido. Recuerdo haber escuchado en múltiples ocasiones la recomendación o sugerencia de producir contenidos parecidos a la televisión comercial, en la búsqueda de “subir” los niveles de audiencia o raiting, incluso recuerdo a alguna consejera ciudadana decirme que debíamos competir con la televisión comercial. No se debe equivocar el rumbo. Vivimos en un ecosistema de medios y desde hace varios años, en un crecimiento exponencial de canales especializados en un solo tema, los canales legislativos no deben ser canales generalistas, como si lo deben ser los canales nacionales de televisión pública.

a razón de ser de su existencia es precisamente brindar un servicio público a aquellas audiencias interesadas en conocer de cerca a sus representantes populares, temas que debate, comportamiento e iniciativas por las que lucha y vota, así como su comportamiento, y a aquellos que les interesa y siguen estos contenidos por un interés profesional, académicos, embajadas en otros países en el exterior, parlamentarios y estudiosos de otros países que siguen con interés algunos procesos legislativos de relevancia internacional, en fin, las razones pueden ser múltiples y todas ellas valiosas.

Desde mi punto de vista, para llevar a cabo una labor eficaz y eficiente sobre la producción de contenidos para los canales parlamentarios y orientada a cumplir con su naturaleza especializada y a la vez de servicio público se debe desagregar la información que se expone en las sesiones, y diversificar los formatos a partir de los cuales se produce, para lograr construir lo que llamamos una programación complementaria que “abrace” los contenidos estrictamente de carácter legislativo. Veamos.

En realidad, la vida parlamentaria, y los procesos legislativos se multiplican enormemente cuando de temas específicos se trata. No hay que dejar de visibilizar que para los ciudadanos de a pie la forma en que se abordan, incluso muchos de los términos y etapas del proceso legislativo, no son claramente comprensibles por todas y todos, ahí es donde estos canales deben desarrollar un esfuerzo importante en la producción de contenidos diversos, con un imperativo, que estos contenidos a producir muestren la diversidad ideológica, por medio de mecanismos que no excluyan ningún tipo de expresión, y que favorezcan la inclusión e incorporación de diversos puntos de vista, y la más amplia participación de los principales actores del tema a abordar.

Respecto de las sesiones en sí, producir cápsulas de divulgación sobre temas legislativos, que ayudan al entendimiento y la apreciación de las audiencias, programas especiales o series monotemáticas sobre los temas de coyuntura, mesas de debate con la participación de parlamentarios, especialistas y representantes de organizaciones de la sociedad civil, y por supuesto cortes informativos y noticiarios que den cuenta del acontecer diario del congreso. Desde el punto de vista informativo y periodístico, un mismo tema puede ser desagregado en diferentes formatos y duraciones para el mejor y más amplio entendimiento.

Otro rubro relevante debe ser la producción de reportajes sobre los temas que se tratan en el congreso, no olvidemos que ahí se abordan temas desde los precios de la canasta básica hasta los complejos asuntos sobre las políticas públicas o el entorno internacional, y las afectaciones que lo anterior tiene en la vida cotidiana de las personas. Se trata de incluir las historias reales, testimonios de las y los ciudadanos, y las opiniones que se pueden recoger en las calles sobre la percepción de los legisladores y su quehacer legislativo.

La historia contada o en formato de ficción sobre los antecedentes históricos de los hechos informativos o sobre la propia construcción de los estados nación, sus luchas y logros a través de la historia de los pueblos y de las etnias, deben formar parte de los contenidos que se diseñen.

Una visión fresca y crítica también es necesaria, a través de la producción de debates y mesas en las que participen jóvenes, o que este segmento tan importante de la sociedad aporte ideas para la producción de contenidos que puedan ser nativos en las redes digitales o incluso, si se considera pertinente, puedan transitar a la pantalla televisiva.

En el caso del Canal del Congreso de México, también nos ocupamos de producir cápsulas animadas, de corta duración, de 1 a 3 minutos, que fueron distribuidas a través de las secretarías o ministerios de educación como apoyo a las tareas de educación cívica que se debe brindar en la educación básica. Si bien, inicialmente, las producimos para las y los niños, nos fueron solicitadas para ser utilizadas en el nivel de bachillerato y universitario, con los temas básicos, desde que hacen las y los diputados, y las y los senadores, qué es la comisión permanente, en qué consiste el proceso legislativo, etcétera.

Las coproducciones con otras instituciones afines como aquellas dedicadas a la fiscalización del gasto público, a la rendición de cuentas y la transparencia, a la política internacional del país, o los centros de estudios con los que cuentan las cámaras legislativas y que realizan investigaciones, encuestas o estudios que difícilmente ven la luz al público, deben ser tomados en cuenta como insumos para la producción de contenidos, en una alianza que apoye la divulgación de esas instancias y que sobre todo el público o los usuarios de las plataformas digitales legislativas tengan accesos a ese tipo de información pero presentada de una forma más atractiva.

Y no hay que dejar de lado, la necesidad de adquirir derechos de series documentales, de ficción o películas que temáticamente estén relacionadas por ejemplo con la historia del país en lo particular, o con otros países relevantes para nuestros pueblos; biografías de lideres políticos internacionales; series en formato de ficción sobre revoluciones o acontecimientos destacados de la historia internacional, entre otros. El entretenimiento no debe ser excluido de los canales parlamentarios, sólo es aconsejable que el criterio de selección debe ser estricto y apegado a los ejes rectores que guían los canales parlamentarios, la búsqueda es ofrecer una visión global de la vida política, los procesos, los líderes y la historia que forma parte de nuestra formación como ciudadanos.

Necesario también el considerar la relevancia de fomentar la existencia y tener la voluntad política de los propios legisladores y autoridades parlamentarias para promover la operación y existencia de figuras que apoyen la pluralidad de opiniones externas y autónomas a la operación de estos canales parlamentarios. Para el caso mexicano, el canal cuenta con un Consejo Consultivo Ciudadano y un Defensoría de la Audiencia, cuya existencia está establecida desde su reglamento. El Consejo, señala esa norma, es un órgano colegiado, honorífico, ciudadano, plural y diverso, conformado por once integrantes, preferentemente de amplio y reconocido prestigio académico y profesional. Asimismo, el canal mexicano tiene un Defensor de la Audiencia, figura que debe recoger y atender las opiniones y cuestionamientos de las audiencias, y dirimirlas con los integrantes del equipo de trabajo del Canal del Congreso mexicano, ambas figuras que promueven la participación y representación de la ciudadanía al interior del canal.

Los canales parlamentarios con vocación de servicio público cumplen una función social, educativa, cultural y cívica trascendental para el desarrollo democrático de las naciones, si consideramos a la información y al conocimiento como un bien y un derecho público a las cuales tienen derecho de acceder y ejercer todos los ciudadanos. Los canales parlamentarios deben existir en todos los países del mundo, debemos considerar a la comunicación parlamentaria y todas sus vías de salida, como un “derecho llave” para los ciudadanos, les permite ejercer su derecho de la información, derecho a la información y el derecho de acceso a la información, y en realidad a muchos otros, fomentan la participación ciudadana en los asuntos públicos, contribuyen a la mejor toma de decisiones respecto de las obligaciones que debemos ejercer como ciudadanos, y a los parlamentarios les permite establecer la relación que deben mantener con sus representados, y estar conscientes de que se encuentran en una caja de cristal y de resonancia que les debe resultar útil para cumplir con las atribuciones y obligaciones que se les confieren al ser electos por el voto popular.

Agradezco de manera muy cumplida a la Asociación Latinoamericana de Comunicación Audiovisual Parlamentaria, ALCAP, y a los organizadores del XXVII Congreso organizado por el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo de América Latina y el Caribe (CLAD) la invitación a participar en este congreso, enfocado, para los efectos de esta ponencia en lo particular, a compartir los esfuerzos y la experiencia desarrollada en el Canal del Congreso de México, que en su nacimiento y desarrollo, buscó en todo momento implementar un modelo de televisión pública sí, empero concebido desde la particularidad de ser un canal especializado en materia parlamentaria, lo cual implicó diseñar múltiples distingos e innovar en materia normativa, de producción, programación y transmisión, y plataformas digitales, y de representación social.

Asesora Parlamentaria, Secretaria Técnica y Ex Directora General del Canal del Congreso México. Más de 30 años de experiencia como servidora pública del Congreso mexicano, en comunicación social y radiodifusión pública. Ha dirigido tres canales de TV Pública, uno local y dos a nivel federal. 



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